viernes, 22 de abril de 2016

5.1 ESTILOS PRECLÁSICOS

El esplendor del clasicismo lo podemos situar desde el punto de vista cronológico entre 1780 y 1815. Durante esos 35 años el centro geográfico del estilo clásico residirá en la ciudad de Viena en la que vivieron, estrenaron y editaron los tres principales creadores clásicos: Haydn, Mozart y Beethoven.
Para llegar a esta situación de esplendor clasicista antes han de sucederse una serie de estilos y creadores que, desde el barroco tardío, irán estableciendo sólidos cimientos a la música del clasicismo:
Estilo Galante: da una música naturalmente melodiosa, menos sabia, más fácil de entender y de interpretar, agradable, ligera, sentimental sin profundidades, de mero entretenimiento, dirigida a públicos más amplios, en la que sobre un soporte técnico más sencillo (armonías más claras, melodías más simples y naturales, ritmos y dinámicas cambiantes) todo se fía al detalle, al adorno, en detrimento del conjunto. La generación de los hijos de Bach impuso el estilo en toda Europa. Entre los compositores de esta generación cultivadores de este estilo podemos citar a Sammartini por una parte y J. Stamiz, al frente de la orquesta de Mannheim, por otra. Tuvieron gran importancia para el desarrollo de la sinfonía. En ésta época aún no se tiene claro lo que se quiere con ella, pudiendo ser confundida con la obertura operística o el concierto ripieno.
Estilo sensible: el periodo galante había acabado con la unidad de afectos característica del periodo barroco y se había divertido mezclando muchos de ellos en una misma composición. Ahora se trata de hacer una música más expresiva y sentimental con el fin último de conmover al oyente. Su traducción musical da como resultado frases más breves, dinámicas cambiantes, frecuentes cambios de ritmo, un lenguaje musical en suma quebradizo e inestable, como un poema repleto de gimoteos, reproches y tiernos suspiros. Uno de sus principales cultivadores en K. F. E. Bach. Se manifiesta sobre todo en su obra para teclado (el clavicordio, al percutir las cuerdas con láminas permitía mayor expresividad y dinamismo): sonatas prusianas y fantasías para tecla.
Estilo atormentado, tormenta e impulso o Sturn und drang: podemos considerarlo como una fase tardía y terminal del estilo sensible, una exageración apasionada de sus principales características, un estilo expresivo más severo y profundo que dejará pronto de estar de moda pero que pasa a formar parte, como un recurso más, del taller del compositor. También aflora una defensa de la libertad creadora del músico (ruptura con los condicionamientos externo del músico sirviente, más o menos distinguido, de una casa aristocrática). J. C. Bach es el último de los hijos de Bach. Resulta ser un serio antecedente de los clásicos dada su gran preocupación por los aspectos formales: adopta el esquema sonata no sólo en las obras para pianoforte sino en aquellas destinadas a todo tipo de conjuntos y, sobre todo, conciertos y sinfonías.

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