viernes, 15 de abril de 2016

4.6 LA MÚSICA BARROCA EN ESPAÑA


Frente al esplendor musical europeo que asiste en esta época a uno de los momentos más brillantes de su historia, el Barroco supone para España una larga época de decadencia musical, reflejo de su crisis política y eco­nómica y de su aislamiento internacional.
Tras la muerte de Felipe II en 1598, España comenzará una larga etapa de recesión que se mantendrá durante todo el siglo XVII bajo los reinados de los últimos tres austrias: Felipe III, Felipe IV y Carlos II, cuya muerte pro­vocará una guerra de sucesión que tendrá alcance europeo y terminará con la llegada a la corona del primer borbón: Felipe V.
En el ámbito de la cultura, el aislamiento del país pretendiendo proteger la ortodoxia católica de corrientes extranjeras, produjo una notable deca­dencia en la vida científica y universitaria. Sin embargo, las artes plásti­cas y la literatura mantuvieron su esplendor con personalidades como Zurbarán, Velázquez, Quevedo, Góngora, Lope de Vega o Calderón, viviendo su siglo de oro.
Respecto a la música, el paso del Renacimiento al Barroco no supondrá un cambio brusco en el lenguaje de los compositores sino una evolución pau­latina que irá asumiendo poco a poco algunas innovaciones. En cualquier caso, la música española optará por la composición de formas locales en lugar de seguir las grandes formas del Barroco europeo.el conservadurismo y el rechazo de las influencias extranjeras dieron lugar durante todo el siglo XVII a la persistencia de formas y rasgos de estilo del siglo anterior y, en cambio, al influjo de la música popular en la culta, con sus peculiaridades rítmicas, armónicas e instrumentales. La música española del seiscientos es por ello muy singular y reconocible en estilo, formas musicales, rítmica y armonía.
Los elementos que definen el barroco español son:
No se siguen los estilos europeos (Concerto, Suite, Pasión, Oratorio).
Nacen formas típicas: la zarzuela y la tonadilla.
Siguen teniendo importancia las formas religiosas.
Sigue en vigor la escuela organística de Cabezón.

Música vocal religiosa
Sigue siendo el repertorio musical más importante y continúa cultivando las formas polifónicas tradicionales de motetes(con autores aún en la tradición clásica de Victoria como Sebastián Vivanco o más atraídos por la policoralidad como el segoviano López de Velasco) y misas con texto en latín y destinados a las celebraciones más solemnes.Se compondán misas como tecnicas renacentistas antiquísimas de cantus firmus y las misas parodia, más otros tipos como la misa de batalla, de moda en la segunda mitad del XVII como demuestran –entre muchos otros– los dos ejemplos de Carlos Patiño.
Otras composiciones en latín serán el Magnificat o las Lamentaciones de Semana Santa
Los compositores más destacados son los catalanes Joan Cererols (1618-1676) y Francisco Valls (1665-1747) maestro de la catedral de Barcelona, fue uno de los pocos compositores innovadores de su tiem­po. Su misa ScalaAretina (1715) com­puesta a cinco voces sobre la escala de. Ut de Guido d'Arezzo provocó una enorme polémica por el uso de una di­sonancia de 9a.En su tratado Mapa armónico práctico, Valls defiende la música española y la inspiración por encima de las normas teóricas.
En las festividades religiosas de carácter más popular se introducirá el villan­cico, con texto en castellano y acompañado de un conjunto instrumental.Era música paralitúrgica (se ejecutaba en castellano al final de la liturgia latina convencional de la mañana), y su composición nueva y ejecución se convirtió en obligación para los maestros de capilla de las catedrales españolas en las fiestas solemnes, como el Corpus Christi y la Navidad. Especie de válvula de escape popular de la solemnidad de los oficios, su lenguaje llano (incluso era frecuente imitar dialectos regionales y de negros), la introduccón de danzas y su carácter teatral provocaron intentos sucesivos de prohibirlos, frenados por su popularidad. Era típica la forma Tonada (a solo o pocas voces) – Responsión o estribillo (todos) – Coplas (a solo).
Se conserva un enorme número de villancicos, de maestros de capilla como Joan Baptista Comes, Jerónimo de Carrión, Cristóbal Galán o Mateo Romero, entre otros muchos.

Música vocal profana
Durante la primera mitad del siglo XVII continúa la tradición de la canción polifónica con piezas muy similares a las del Renacimiento que se recopi­lan también en cancioneros y mantienen formas tan características como el romance y el villancico.
Son canciones breves escritas para tres o cuatro voces que suelen alternar pasajes contrapuntísticos y homofónicos.
A mediados del siglo XVII surge un nuevo estilo de canción denominado solo o tono humano en torno a los ambientes cortesanos de Madrid. Es una can­ción profana, adoptó textos de los mejores poetas del momento, con temas de carácter sentimental que introduce la monodia acompañada con una voz solista apoyada por un único instrumento con acompañamiento equiparable al bajo continuo. Se carac­teriza por la utilización de un ritmo ternario y melodías sencillas, normal­mente en estilo silábico, con estructuras que constan de introducción, estribillo y coplas. Se empleará con frecuencia en la música teatral.
Destacan los compositores Mateo Romero (1575-1647) conocido como «el Maestro Capitán» y Juan Hidalgo (1614-1685).

Música instrumental
La música española permanecerá ajena a las corrientes europeas igno­rando los nuevos estilos del concierto o la suite.
Sigue centrándose en el ámbito de los instrumentos solistas como el órgano, que mantiene la brillantez del periodo anterior, y la guitarra, que sustituirá a la vihuela, convertida en un instrumento muy difundido tanto en el ámbito popular como en el cortesano.
Aparecerá también una importante producción de cámara ligada a las capillas musicales de las cortes, pero con una clara influencia extranjera fruto del gusto de los borbones por los músicos italianos.
Los compositores más destacados son Francisco Correa de Araujo (1575-1663) y Juan Cabanillas (1644-1712) en la música para órgano, organista de la catedral de Valencia a la que estuvo dedicado toda su vida salvo unos primeros años en el coro de su ciudad natal Algemesí, cuando era niño. Es autor de tocatas, tientos, pasacalles y gallardas para órgano. Estudió y desarrolló en profundidad la obra de Antonio de Cabezón y, en general, la escuela tradicional de órgano española que sirvió de nexo con el siglo XVIII.
Compuso una misa, dos salmos y cinco canciones en texto castellano. Se ha dicho que es el Bach español.
Gaspar Sanz (1640-1710) en la guitarra, y el padre Antonio Soler (1729-1783) que con una abundante producción de música de cámara y teclado, representa la transición entre el estilo Rococó del final del Barroco y el Clasicismo. Tiene una obra extensa y variada, compuso centenares de sonatas para clave, villancicos profanos y sacros , quintetos con cuerda y órgano, Seis conciertos para órgano obligado y obras de teatro como El defensor de su agravio …. Nació en Olot y se inicio en la música en el Monasterio de Montserrat. Ingresó en la orden de los jerónimos y pasó a ser organista y director del coro del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Fue discípulo de Domenico Scarlatti, quien influyó notablemente en su obra.

Música escénica
Las primeras representaciones de música escénica consistirán en la intro­ducción de números musicales dentro de la representación teatral.
Durante la época barroca, el teatro se convirtió en España en un autén­tico fenómeno de masas. En todas estas representaciones, la música for­maba parte del espectáculo, introduciéndose normalmente en el intermedio de las escenas y en el final de la obra. Eran interpretaciones vocales e instrumentales de carácter breve y no siempre en relación con el argumento.
La tonadilla
Es un género de música escénica típicamente español. Se representaba en los populares corrales de comedia y consistía en la incorporación de números musicales intercalados entre los actos de la comedia. Son piezas cortas de carácter jocoso y satírico que retrataban las costumbres de la época y solían terminar con danzas populares.La tonadilla surgió a principios del siglo XVIII y desapareció antes de llegar a la mitad del mismo. Sus compositores más célebres fueron Pablo Esteve (hacia 1730-hacia 1790),Luis Misón (hacia 1720-1766) y Blas de Lasema (1751 -1816).

La ópera
Siguiendo la influencia italiana, la ópera llega a España como un género de carácter aristocrático que se desarrollará en torno a los palacios reales.
La primera ópera española fue La selva sin amor (1629), con texto de Lope de Vega. Sin embargo no nos ha llegado su música ni conocemos el nom­bre de su compositor. La primera ópera conservada, aunque incompleta, es Celos aun del aire matan (1660), con libreto de Calderón de la Barca y música de Juan Hidalgo que combina recitativos, arias y breves coros.
La llegada al trono de los borbones traerá a la corte española compañías, compositores y cantantes de ópera italianos que impondrán su gusto impi­diendo el desarrollo de una ópera española.
Los compositores españoles intentarán reaccionar a la competencia ita­liana desarrollando el nuevo género de la zarzuela.

La zarzuela

Apenas comenzado el siglo XVII España sintoniza la onda de música escénica procedente de Italia. En 1629 están datadas las primeras óperas españolas: “La selva sin amor” es la primera ópera producida en España (texto de Lope de Vega y música de Filipo Piccinini). La ópera más destacada del momento fue “Celos aún del aire matan”, sobre textos de Calderón y música de Juan Hidalgo.
La nueva modalidad escénica adoptará pronto el nombre de su campo de operaciones: palacio de la Zarzuela. En tiempo de Felipe IV, concretamente en 1636, se inauguraron las llamadas “fiestas de la zarzuela”, que tenían lugar en de El pardo, en un lugar en que había abundancia de zarzas, zarzuelas y otros arbustos. Las piezas escénicas que allí se representaban, muy similares a las primeras manifestaciones operísticas, al no haberse aún incorporado al vocabulario musical el término ópera, de nuevo cuño, acabaron por ser distinguidas por el topónimo del sitio en el que se representaban. La zarzuela acababa de nacer.

En esta fase inicial de su desarrollo la zarzuela no se distingue ni por asunto, ni por desarrollo y estructura de otras manifestaciones musicales afines. Por ello muchos autores se pronuncian en el sentido de designar como óperas las páginas del género producidas en el país durante el siglo XVII. La primera obra que lleva la denominación de zarzuela es “El laurel de Apolo”, sobre textos de Calderón. Fue representada en 1658.

Como características más sobresalientes de la zarzuela del barroco (u ópera, según algunos autores) podemos citar:

o Clara influencia de la ópera italiana. No obstante España aporta sus peculiaridades como los ritmos y melodías típicas españolas.

o Obra de teatro de carácter cómico, con tendencia hacia lo burlesco, en uno o varios actos, en castellano, en la que alternan las escenas habladas con las escenas cantadas (a diferencia de la ópera que es totalmente cantada).

o Dirigida a un público cortesano, aristocrático y practicada en torno a los palacios reales. La zarzuela pronto se hizo común en todas las fiestas reales. Conservó este carácter de fiesta real hasta el siglo XVIII. El pueblo llano asistía por contra a los corrales de comedias.

o Su temática era amorosa, idealizada y pastoril. Sus personajes son con frecuencia dioses mitológicos que, sin embargo, se mueven impulsados por emociones humanas como el amor, los celos, la envidia, la venganza, etc. También participan villanos, jardineros, etc.

o Incorpora elementos populares como canciones, bailes y danzas, lo rústico y lo pastoril y un lenguaje común y sencillo, a pesar de la participación de los dioses y de estar dirigido a un público cortesano.

o Desde el punto de vista musical emplea arias, dúos, coros a cuatro voces y canciones (tonos y tonadas) de forma estrófica o compuestas por coplas y estribillo.

o Apenas usa el recitativo.

Entre los compositores de este género podemos citar: Juan Hidalgo (1600-1685), Antonio Literes (1673-1747) y Sebastián Durón (1660-1716). Éstos recurren a los textos de nuestros grandes dramaturgos como Calderón de la Barca o Lope de vega, para ponerles música. 
 


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