viernes, 13 de noviembre de 2015

3.4 ESCUELAS RELIGIOSAS RENACENTISTA

Además de la escuela franco-flamenca de la que ya hemos hablado y que creó la pauta de composición de el resto de escuelas  tenemos:
3.4.1.- Escuela romana.
La escuela de romana gira principalmente alrededor de las capillas musicales de Roma, entre las que destaca la capilla personal de los papas o Sixtina, espejo de otras muchas escuelas y punto convergente de muchos músicos europeos que desarrollaron sus actividades en la misma.
Su característica principal será la austeridad, la sobriedad, la sencillez, la claridad y el equilibrio, la pureza y transparencia de líneas que le harán prescindir de todo lo superfluo y seguir de cerca las huellas del canto gregoriano.
La figura cumbre es Palestrina. Su mérito principal estriba en ser compositor de música religiosa. Su música alcanza una alta cota de perfección clasicista, no pudiendo ser discutida la afirmación según la cual la polifonía de Palestrina ocupa uno de los más altos puestos en la música vocal de todos los tiempos. Sin embargo tenemos que desmentir algunas exageraciones que se han vertido sobre su figura: no es in innovador, tampoco es cierto que el depurase la música religiosa de toda reminiscencia profana (tal y como pedía el Concilio de Trento) pues más de la mitad de sus 105 misas fueron compuestas sobre temas de canciones profanas (misas parodia); la más célebre de sus misas, la llamada vulgarmente misa del papa Marcelo, puesta en el siglo XIX como prototipo de música libre de influencias profanas, está compuesta también sobre la canción profana de el hombre armado.
Un ejemplo de la música de Palestrina es la audición Stabat Mater que tenéis en la página 36 del libro

 

3.4.2.- Escuela veneciana.
En Venecia aparece por primera vez la música para dos o más coros de voces, creando con ello unos efectos antifonales de coros dialogantes que terminan uniéndose. Contribuyó posiblemente a tal efecto la disposición de los dos órganos de la Basílica de S. Marcos de Venecia, colocados el uno frente al otro, en los dos laterales del coro.
El fundador de esta nueva escuela Veneciana es el Flamenco A. Willaert. Pero es con los dos Gabrielli (Andrea y Giovanni, tío y sobrino) con los que esta escuela adquiere su máximo apogeo. Con el sobrino empiezan a emplearse instrumentos en los conjuntos vocales, con lo que la riqueza y multiplicidad de combinaciones tímbricas aumenta considerablemente; hasta el punto de tener en él como el germen del futuro estilo orquestal.
A la muerte de éste un nuevo estilo ha surgido, cuyos efectos comenzará a degustar la música instrumental del siglo XVII: ejerciendo enormes influencias sobre todo en el norte de Europa.
3.4.3.- Escuelas polifónicas españolas.
El siglo XVI es el siglo de oro de la música española.
La escuela española se distingue por su misticismo, el substrato popular y la simplicidad técnica, que raya a veces en un auténtico y sabroso arcaísmo.
Los tres grandes músicos del siglo, Morales, Guerrero y Victoria, encuentran su mejor paralelo y síntesis en la música de S. Juan de la Cruz, Santa Teresa y fray Luis de León y en la pictórica del Greco.
Escuela andaluza.
En la primera mitad del siglo XVI destaca la figura del sevillano Cristóbal de Morales. La mayor parte de su producción es de carácter religioso. En ella sobresalen sus Lamentaciones. Como ejemplo tenemos el O Sacrum convivium de Cristóbal de Morales que has escuchado en el punto 3.3
Francisco Guerrero es el máximo representante de la escuela andaluza en la segunda mitad del siglo XVI. Discípulo de C. De Morales, lo sucede a éste como maestro de capilla de la catedral de Málaga. Posteriormente ocuparía hasta su muerte el cargo de maestro de capilla de la Catedral de Sevilla. Su espiritualidad y misticismo queda reflejado en la confesión que hace en el prologo de su libro de vísperas, cuando afirma que lo único que ha pretendido con su música es excitar las almas a la contemplación de los sagrados misterios en vez de halagar los oídos de las gentes. Entre su producción destacan: misas, motetes, himnos y salmos.
Escuela castellana.
Destaca como auténtico príncipe de la polifonía española la figura de Tomás Luis de Victoria, paisano de santa Teresa de Jesús. Antes de su muerte ocupó el caro de maestro de capilla y organista en el convento de las descalzas reales de Madrid.
Su espiritualidad le impidió componer otra música que no fuese religiosa. La mayoría de sus obras fueron editadas en el extranjero. Entre lo mejor de su producción (misas, motetes, himnos y salmos y otras obras) destaca el oficio de semana santa puesto en música, obra cumbre de la polifonía religiosa español. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario