jueves, 25 de febrero de 2016

4,5,2 La difusión de la ópera en Francia

Francia en un principio fue algo reacia a la ópera italiana. La primera ópera francesa conservada (Pomone, fruto de la colaboración del músico Cambert y el libretista Perrin) data de 1671. Hasta esta fecha los franceses practicarán dos
variedades de música escénica: los aires y los ballets de corte. Son representaciones suntuosas y aparatosas en las que abundaban las danzas escénicas, coros y canciones que alternan con otras partes habladas. Los temas
tratados eran una mezcla de asuntos mitológicos, alegóricos, políticos, satíricos, etc.
A partir del tercer cuarto del siglo XVII con J. B. Lully (músico venido de Italia que acabará convirtiéndose en el dueño musical de toda Francia), triunfarán en este país las primeras representaciones operísticas a las que él en un principio fue reacio cambiando de opinión al contemplar el éxito cosechado por Perrin. Colaborando con Moliere crea un nuevo estilo de óperas ballet (él las llamará tragedias líricas) caracterizado por:
-Poéticamente superior a las óperas italianas. Los libretistas se basan en las obras de célebres literatos como Corneille y Racine.
-Arias con una música más al servicio de la expresión dramática.
-Recitativos muy bien adaptados al tipo de declamación del francés.
-Importancia de las danzas y de los coros.
-A él se debe el desarrollo de una obertura instrumental (introducción a la ópera) que será diferente de la italiana: una primera sección lenta y en valores rítmicos con puntillo, una segunda sección más animada y en estilo contrapuntístico y una repetición de la primera sección.
Después de su muerte (producida, según los cronistas, a consecuencia de una herida que se produjo en un pie con un bastón con el que marcaba el compás mientras dirigía) se producirán ciertas tensiones y luchas entre los partidarios de la ópera al estilo italiano y los seguidores de la ópera francesa Lullysta. Éstas tensiones tendrán su continuación en el siglo siguiente con Rameau y la querella de los bufones y finalizarán con la reforma emprendida por Gluck.
J. P. Rameau es el más alto representante de la ópera Francesa de la primera mitad del siglo XVIII. Compone su primera ópera (Hipólito y Aricia, estrenada en 1733) a la edad de 50 años; después vendrán otras 30 obras teatrales
en diversos estilos. En ellas, sobre la estructura inalterable de Lully con prólogo, cinco actos, coros y números de ballet típicamente franceses, Rameau introduce novedades como más riqueza y audacia armónica, un penetrante uso de los instrumentos y, sobre todo, esquemas formales importados como el aria da capo italianizante.
El estilo operístico de Rameau no fue bien interpretado por sus adversarios: demasiado audaz para los partidarios de Lully y excesivamente culto y racional para los partidarios de la ópera italiana. Habrá de esperar hasta Debussy y
Ravel para ser considerado el principal punto de referencia de la música francesa del pasado.

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